Es común encontrar entre los personajes característicos de las fotos aquellos que en una secuencia de imágenes podemos seguirlos. Por ejemplo, de quien parece esperar a alguien.
Hagamos el seguimiento de un caso: en la foto 1278 vemos por primera vez la aparición en el encuadre de un sujeto del cual, apenas llegamos a ver el asomo de un zapato y un trozo del pantalón. Con estos datos sabemos tan sólo que en el costado izquierdo del encuadre alguien está parado. Pero luego podemos seguir su espera, en la 1280 lo vemos de nuevo, esta vez incluso aparece registrado su rostro.
Sabemos que espera por la pose: manos atrás, de costado descansando su peso en una pierna. Él no se ha movido, sino que la cámara desvió el punto de vista en su dirección. En la 1281 sabemos que sigue ahí porque de nuevo identificamos el fragmento de pantalón y un brazo. En la 1282 lo vemos casi por entero, aunque su rostro dirige la mirada hacia el otro lado de la cámara. Lo volvemos a encontrar en la 1285, parece que ha cruzado los brazos al frente.
La espera parece larga. En la 1286 el gesto de rascarse la cabeza demuestra que ya hay impaciencia. Lo volvemos a encontrar en la 1291, no parece haber cambiado la situación. En la 1294 por fin vemos su cara de frente, algo ha llamado poderosamente su atención y ha girado en la dirección del fotógrafo. La instantánea lo ha pillado mientras mira con gesto serio a una chica que ya le da la espalda. Luego perdemos el rastro.