El correo era claro, alguien que se había conectado a la página y revisando la galería se encontró con la imagen de Doña Mariela Días viuda de Arango.
Replicándole el correo le preguntamos por información adicional. Nos dio un teléfono de contacto, no era el suyo, sino de la hija de Doña Mariela.
Diana la llamó:
-Señora, Luís Mejía nos dio su teléfono. (…silencio).
-Señora, le explico para que no se asuste. Estamos realizando una investigación sobre la fotografía que se realizaba en Medellín tiempo atrás, era conocida como fotocinería… Tenemos una página web con más de 1500 fotos y en una de ellas aparece la foto de su mamá. (foto 2186).
Ella se conecta a Internet de inmediato, abre el sitio y se pone a la búsqueda de la foto. Entre tanto explica que Luís Mejía había sido su novio hacía 20 años y se asustó cuando escuchó su nombre. Pensó que le había pasado algo o una cosa semejante. Preguntamos por la fortuna de que el teléfono siga siendo el mismo después de tanto tiempo. Ella nos explica que ese fue el primer teléfono de la cuadra en Belén Rincón y desde entonces no se ha cambiado y aunque su mamá ya no vive en esa casa, la familia la sigue habitando.
Mientras recorre el archivo se produce una gran sorpresa, la foto donde aparece su mamá no es la señalada –la 2186–, sino la 2213. Era algo raro porque ya la habíamos cotejado y en efecto la descripción de Luís Mejía coincidía. Ella entonces revisa la otra y segunda sorpresa, en efecto es ella también: en la 2213 y en la 2186 aparece Doña Mariela viuda de Arango acompañada de su amiga Imelda. Todo indica que el fotógrafo las registró cuando iban y un rato más tarde cuando regresaban en el Pasaje Comercial Veracruz.
Poco después hablamos directamente con Doña Mariela. Nos contó que en aquella época trabajaba en una fábrica de confecciones cerca a Guayabal. Con su amiga Imelda solían bajar al centro para tomar el algo en el Centro a la vez que aprovechaban para vitriniar y pagar los clubes. También, a veces Doña Mariela acompañaba a Doña Imelda al barrio La Iguaná donde todavía vive. Realizaban campañas para socorrer a la gente cuando la quebrada se desbordaba e inundaba el barrio: “por aquel entonces se produjeron grandes tragedias”, enfatiza doña Mariela.